Guerra sucia contra Wikileaks

El sitio oficial de Wikileaks está en mantenimiento indefinido. Algo que no es de extrañar sabiendo lo que ha pasado recientemente.

Después de desvelar la verdad sobre la Guerra de Afganistán, revelando documentos secretos con datos reales de las bajas civiles causadas por las fuerzas de ocupación, Wikileaks se encuentra en el punto de mira de prácticamente todos los gobiernos occidentales "democráticos". Sí, esos que supuestamente defienden la libertad y la independencia de la prensa y esas cosas que tanto se dicen pero que tan poco se hacen. El Pentágono exigió la entrega de dichos documentos, pero Wikileaks se negó, e incluso afirmó que próximamente se publicarían más docuementos, sobre todo relativos a Irak (ya en abril de este 2010 Wikileaks difundió un vídeo en el que un helicóptero del ejército estadounidense masacraba en 2007 en Baghdad a un equipo de la agencia de noticias Reuters). Obviamente el Pentágono se mostró furioso y aseguró que las replesalias no se harían esperar.

Wikileaks ha tenido que enfrentarse previamente a un montón de juicios, incluído uno de acoso sexual dirigido hacia su fundador Julian Assange, de los cuales ha salido siempre airosa (hasta ahora). A raíz de esto, algunos gobiernos "democráticos" de esos han decidido pasar al siguiente nivel. Assange, ha confirmado que Moneybookers, la empresa dedicada a recaudar las donaciones para Wikileaks en cuanto ONG, le ha informado el 13 de agosto (es decir, menos de una semana después de las amenazas del Pentágono) que su cuenta ha sido cerrada, ya que el gobierno de EEUU la ha incluído en una "lista negra" y el gobierno australiano en un "lista de observación", debido a supuestos blanqueos de dinero. Curiosamente, al dirigirse a la firma responsable de las relaciones públicas de Moneybookers, 77PR, se obtuvo la siguiente respuesta: "No hemos tenido ninguna petición, pregunta o correspondencia de ninguna autoridad respecto a este ex-cliente".

Resulta irónico que supuestos ex-dictadores como Fidel Castro alaben el trabajo de Wikileaks mientras que las supuestas democracias y sus supuestos demócratas se empeñen en callarles la boca. Hay que ver qué cosas pasan cuando aparece la verdad.

Y como bien dicen en Wikileaks, "el coraje es contagioso" ("courage is contagious").